Por: Leyla Andrea Carrasco
Cazarín.
Para: Revista La Libélula No. 16
Vivimos en un México de
constantes fraudes, miseria, corrupción y un largo etcétera de decepcionante
política demagoga, tan acostumbrado esta ya el pueblo a esto que por muchos
años los que forman parte de la clase política en el país se han dedicado a saquear todos y cada uno de
los recursos naturales, materiales, financieros y humanos para beneficio
propio, en esta dinámica de rapiña constante un fraude más tal vez pasaría
desapercibido como el de hace 6 años, pero un revés sucedió cuando un grupo de
estudiantes le demostraron su repudio a Enrique Peña Nieto, a quienes los
medios ya perfilaban como ganador de la presidencia con falsas estadísticas,
mucho tiempo de su imagen al aire y toda una estructura que trataba por todos
los medios imponerlo como ganador, de esa primer manifestación por estudiantes
de la Ibero, muchas más replicas se hicieron sentir por parte de estudiantes de
todo el país, de tal forma continuo que logro estructurarse el movimiento
#YoSoy132.
Con
la bandera de ser un movimiento plural, pacifista y apartidista ha logrado
conjuntar a muchos jóvenes que llenos de hartazgo por parte de una democracia
comprada han despertado y se han manifestado de forma contundente y organizada
aun después de consumado el fraude y la coyuntura electoral.
Los
adultos aplauden el entusiasmo de los jóvenes que como sociedad civil hace
mucho no se expresaba, no se organizaba con tal fuerza, y ante el escenario de
tener instituciones que no sirven más que a los intereses de la clase
privilegiada, el hecho de romper con esas estructuras y replantearlas a través
de acciones pacificas revolucionarias me parecen actos que realmente pueden
cambiar la dinámica no solo en el plano democrático, incluso puede trascender
ya que la sociedad está aprendiendo a organizarse, a unirse y actuar de otras
maneras de tal forma que comprende que las estructuras pueden ser modificadas
de abajo hacia arriba y no al revés como siempre nos han hecho creer.
Que
la sociedad se esté volviendo consiente de esta situación y que pueda
realizarse un cambio de estructuras sin la toma de las armas y sin violencia me
parecen pasos gigantescos para atacar al sistema corrompido, el movimiento
#YoSoy132 tiene frente a si un gran reto, pero si logra conjuntar todas las
causas, todas las fuerzas y todas las voces indignadas este cambio será
irreversible, esta movilización ha sido una bocanada de aire fresco para
quienes creían que ya estaba todo perdido y para quienes unen sus movimientos
de hace años y las nuevas luchas de las personas que están comenzando a
despertar se vuelve real el cambio.
Porque
no basta con indignarse y solo mirar es hora de actuar.
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